Desde hace varios años, AIJU participa en una interesante iniciativa impulsada por REDIT y la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, a través de la Dirección General de Innovación, con el fin de recopilar una serie de indicadores y datos que permiten analizar el impacto social de los diversos tipos de actividades llevadas a cabo por el Instituto.
En este estudio, realizado en colaboración con la empresa CLICLAB TRANSFORMATIVE AGENT, se ha utilizado la metodología SROI (retorno social de la inversión) y tiene en consideración más de un centenar de indicadores como, por ejemplo: número de proyectos de I+D realizados con empresas o universidades, número de patentes conseguidas, presupuesto de proyectos vinculados a los ODS, número de impactos en medios de comunicación o redes sociales, participaciones en ferias o congresos, número de horas dedicadas a participar en comités o grupos sectoriales, kilos de residuos gestionados, volumen de reducción de consumo de energía o agua, donaciones y/o colaboraciones con entidades, número de asesoramientos que contribuyen a evitar accidentes en niños y niñas, número de asesoramientos para favorecer diseños de productos inclusivos (accesibles para personas con discapacidad), número de estudiantes en prácticas, importe gastado en formación de los trabajadores y las trabajadoras, número de acciones formativas impartidas a empresas, número de jornadas o webinars gratuitos llevados a cabo, número de consultas gratuitas atendidas de empresas, formaciones realizadas para desempleados, etc.
Uno de los principales resultados de este análisis es que por cada euro invertido en las actividades de AIJU se obtiene un retorno social de 11,82€. Es decir, durante 2021, y con una inversión total de alrededor de 17 millones de euros, se consiguió un valor de impacto social de más de 200 millones de euros, generando un retorno a la sociedad más de 11 veces mayor a la inversión realizada.
AIJU está altamente comprometido con esta iniciativa ya que, por un lado, el estudio de sus indicadores permite ser consciente del impacto social y medioambiental de sus actividades y, por otro lado, favorece también la generación de líneas de mejora que permitan evolucionar en estos ámbitos para progresar hacia un mundo más sostenible y socialmente responsable.
Iniciativa pionera
La monetización del impacto social se ha medido a través de la metodología SROI, un método anual que se centra en el retorno social de la inversión teniendo en cuenta aspectos extra financieros. Es una iniciativa que se presentó como pionera en el ámbito europeo el año pasado ya que, hasta la fecha, este tipo de estudios habían sido impulsados por gobiernos o ecosistemas de innovación de forma unilateral, pero nunca por parte de institutos tecnológicos u otras entidades a nivel “micro” .
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Maite Romero