La industria de los productos infantiles aplica una creatividad constante en el proceso de desarrollo de sus productos y debe tener en cuenta las exigencias de seguridad aplicables que, en Europa, son rigurosas y de las más restrictivas. Las futuras medidas específicas que impulsan la seguridad de los productos infantiles también apuntan hacia la trazabilidad como aspecto clave.
La necesidad de mejorar la trazabilidad de los productos queda patente en las exigencias que actualmente impone la legislación europea. El reglamento sobre ecodiseño de productos sostenibles es una de las claves que impulsa la necesidad de información y, por tanto, de trazabilidad de los productos. Estas medidas, que además se complementan con la seguridad de los productos (Reglamento UE 2023/988), se encaminan hacia la mejora tanto de la salud de las personas como de la conservación del medioambiente.
Además, el Reglamento (UE) 2023/988, relativo a la seguridad general de los productos, establece que la trazabilidad de los productos es fundamental para una vigilancia del mercado. La falsificación de productos infantiles es una realidad que supone un grave problema para la seguridad de los productos y, por tanto, del usuario final los niños y las niñas. Adicionalmente, conlleva un gravamen importante para estas empresas, no sólo por la pérdida económica inherente, sino también por la pérdida de confianza en la marca, ante una retirada potencial del producto en el mercado. De hecho, el 50% de las incautaciones por falsificación en la UE se realiza a través de plataformas comerciales.
Pero, ¿es posible fabricar productos infantiles realizados con materiales anti-falsificación que permitan la trazabilidad del producto? ¿Es posible hacerlo sin que éstos supongan un riesgo toxicológico para el usuario?
El proyecto TRACE4FAKE investiga sobre la aplicación de marcadores químicos en los materiales utilizados en la fabricación del producto infantil para trazar de forma rápida y económica un producto, a través de propiedades fotoluminiscentes, entre otras, modulables en función de las necesidades específicas de cada empresa y/o producto.
El uso de marcadores imparte propiedades físicas o químicas al producto que se detectan con sistemas de lectura específicamente diseñados. En consecuencia, no resultan evidentes ni son fáciles de copiar. Por ello, tienen un alto potencial en diferenciar productos auténticos de las falsificaciones. Su utilización en productos infantiles conlleva que sean inertes y cumplan la normativa del sector.
Con estos desarrollos se obtendrán productos infantiles seguros químicamente marcados para evitar su falsificación y mejorar su trazabilidad.
El proyecto TRACE4FAKE, financiado por IVACE y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), está liderado por AIJU en colaboración con ALFARBEN, fabricante de pigmentos inorgánicos, COLORTEC QUÍMICA, fabricante de masterbatches para materiales plásticos, y CLAUDIO REIG, fabricante de juguetes.
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Luisa Martín